viernes, 3 de agosto de 2012

LENGUA: ANTOLOGÍA DE LEYENDAS


Fecha: Diciembre 2009
En el marco del Programa de Mejoramiento de Escuelas Rurales (PRO.M.E.R.) y más específicamente en el Postítulo: Especialización Superior en Educación Rural para el Nivel Primario se trabajó en el área Lengua con el tema: Antología de Leyendas en la que los alumnos no solo tendrían que identificar el género sino también recopilar leyendas, solicitar a los pobladores que les contaran algunas y escribirlas.
Como resultado aquí les mostramos este que es el trabajo final:


 
ANTOLOGÍA DE LEYENDAS

POR ALUMNOS DE LA ESCUELA 61 "DOMINGO MATHEU"

SAN ROQUE DE CHIPISCÚ - AYACUCHO


INDICE

1- La leyenda del tordo........... Autores: Marcelo y Ariel Cortínez y Camila Fernández.
2- De montonero a Gaucho.......................Relatada por Mario Fernández (Padre e hijo)
3- El origen de las lágrimas.............................................................Autor: Marcelo García.
4- Leyenda del Crespín......................................................... Relatada por José Escudero.
5- El zorro, la niña y el gallo............................Relatada por Mario Armando Fernández.
6- Leyenda del Colibrí...............................................................Recopilada por Josué Páez.
7- Un hombre que fue leyenda....................................................Relatada por Bernardino,

     Fermín Raúl,Patricio Manuel, Mario Armando y Mario Everardo Fernández.
8- Leyenda del ñandú...........................................................................................Recopilada.
9- Leyenda del Girasol............................................... Recopilada por Patricia Fernández.
10- La damacabra............................... Comentada por todos los pobladores.Es reciente.
11- El origen del nombre Sierra de las Quijadas..........................................Tradición oral.
12- Oro en Guayaguás..............................................Relatada por Bernardino Fernández.

PRÓLOGO

Antes que nosotros nos transformáramos éramos unos grandes arrieros, constructores, costureros o simplemente personas comunes como las que ustedes conocen en su paraje o en el lugar donde viven.
Algunas personas nos querían y otras no -como a todos-
La gente algunas veces nos trataba de ladrones y en esos casos les pedían a Dios que nos transforme en animales o pájaros y otras veces Dios se compadeció de nosotros y nos escuchó atentamente nuestros pedidos para seguir viviendo en este hermoso planeta.
Cuando nosotros nos morimos pasamos a ser conocidos pájaros o animales y ustedes al vernos dicen: ¡Qué bonito que es!!, sin saber quienes somos nosotros, los hermosos pájaros o animales que habitan esta región.
Seguramente ustedes -los lectores de esta antología-, cuando mueran se transformarán en una nueva especie de ave, animal o quien dice en alguna planta. Muchos de ustedes serán igual que nosotros, nuestros hermanos.

Personajes de la Antología


1- LA LEYENDA DEL TORDO

Hace muchos años, cuando los poblados eran apenas unos parajes con casitas alejadas unas de otras, sucedió esta leyenda...
Laureano Morán tenía mucha hacienda, era un joven alto, morocho y flaco. De muy buen comer o sea que no era nada muy estómago perdido.
Su esposa llamada María Rosa, estaba con él en las buenas y en las malas. No tenían casa y vivían en el monte en un ranchito de mala muerte que él construyó de muy mala gana y no era por que no tuvieran plata. Lo que tenía era flojera.
A las tardes se sentaba en la horqueta del árbol que estaba al lado del corral y se ponía a cantar y silbar. Su esposa, lo esperaba con la comida todos los días, sabía que le gustaba mucho la mazamorra, tanto que a veces él mismo molía el maíz.
Estaban tan aburridos que un día siguiendo los consejos de su padre decidió salir por el vecindario a hacer desastres. Aprovechando que sus vecinos salieron a pasear y dejaron la casa sola, ellos la ocuparon. La casa tenía un baño, dos piezas y el comedor. Cuando los dueños volvieron por más que los aporrearon no se la iban a entregar.
Así, viendo que podían apoderarse de algunas cosas comenzaron a robar a todo el vecindario.
Al poco tiempo la gente los empezó a tratar de ladrones y los mantenían a distancia.
Ellos, contentos por que tenían cosas, muchas cosas, decidieron agrandar la familia. Tuvieron muchos hijos, tantos que no los podían mantener y los comenzaron a dar.
Comenzaron a empobrecerse y para comer buscaban de mil maneras la forma de hacerlo. Al mediodía sabía ir a las casas y con algún pretexto les decía a los dueños que vayan al corral y él aprovechaba para comer a lo grande o directamente llevarse la comida. Otras veces iban al comedor y trataba de asustar a los clientes o los insultaba para que se fueran y aprovechaban para comer lo que dejaban.
La gente, casada de tantos abusos comenzó a organizarse para pegarles una buena paliza y ellos para defenderse buscaron la compañía de los hijos que habían dado que de inmediato se unieron a sus padres. Desde ese momento andaban todos juntos y así todos juntos fueron un malón. Robaban cuando querían y nadie podía enfrentarlos.
Las familias comenzaron a pedirle a Dios en sus oraciones que de alguna manera los ayude. Fueron tantas las oraciones que se hicieron que Dios los oyó en algún momento y para aliviar sus pesadillas los convirtió en una bandada de tordos.

Como tordos nunca cambiaron su forma de actuar ni de ser. Siguen robando el maíz a las gallinas o a los pollitos, ocupando los nidos de otros pájaros o tirando alguno de los huevos de otro nido y poniendo uno propio para que lo empolle el pajarito que es dueño del nido. Cuando los polluelos aprenden a volar dejan a sus padres adoptivos y se van con los otros tordos.



2- DE MONTONERO A GAUCHO

Transcurría el año 1.820 cuando las montoneras andaban por la zona en grupos muy grandes buscando cada vez más gauchos para que luchen con ellos. También andaban los militares que corrían a los gauchos a la Pampa de las Salinas para que no se unan con los montoneros y estos tenían que arreglárselas como podían para sobrevivir al frío. Se quedaban con las casas, campos y animales de los pobres gauchos.

Para el lado de Las Tranquitas andaba Antonio Lucero con otros gauchos y se juntaron con los montoneros de Santos Guayama. Se entreveraron en una fuerte lucha en la que Antonio mató cinco montoneros y como quedó solo en la lucha ya que perdió a sus compañeros lo llevaron con Guayama para que anduviera con ellos.
Antonio se encargaba de desmanear las bestias y traerlas para que los montoneros salgan en sus correrías. Pasó el tiempo y se hizo compañero de Guayama pero no le gustaba estar ahí ni tampoco las órdenes que Guayama daba; además por dentro tenía un gran resentimiento por que Guayama o sus hombres le mataron a su hermano.

Un día, en la sierra de Guayaguás estaban jugando a las cartas y Antonio comenzó a bromear a Santos y en un momento discutieron y se enojaron. Esto fue motivo para una pelea muy brava y en un descuido Antonio logra agarrar el poncho de Guayana por delante, le tapó la cara y lo tiró para atrás haciéndolo caer, momento que aprovechó para escapar para siempre de los montoneros.

Cuentan que nadie se escapaba de Guayama. Los mandaba perseguir hasta que lo agarraban y le daban muerte. En esa pelea Santos Guayama les dice a sus montoneros que lo dejen por que era un bravo y no le daría muerte.
Así Lucero se alejó de esas personas y anduvo oculto por un tiempo temiendo la muerte pero después se dio cuenta de lo sucedido. Compró unas tierras en Puesto Fernández y después se vino a vivir a San Roque de Chipiscú donde plantó un algarrobo blanco que hasta hoy sigue en pie.



3- EL ORIGEN DE LAS LÁGRIMAS

Cuentan que de las razas que habitan la tierra, muchas de ellas no lloran.
Cuentan también que los que más lloran son los blancos. Si quieres saber porqué: Escuchá este relato sobre el origen de las lágrimas.

Hace muchísimos años, cuando las primeras tribus comenzaron a dispersarse y habitar todo el planeta, la piel de los hombres fue adaptándose a los distintos climas y a los distintos hábitats. Así surgieron varias razas y hasta varios colores de piel dentro de la misma raza.
En esos tiempos las penas se manifestaban por medio de gritos, lamentos y llantos pero sin presencia de lágrimas.
Así sucedió que en las tierras que ocuparon las personas en el mediterráneo europeo vivía Edis, una muchacha alta, de tez muy blanca y cuerpo lindo pero de cara ancha y no muy bella.
Edis era huérfana desde los doce años. Vivía con sus tíos desde ese momento y a pesar de haber perdido a sus padres, era feliz con lo que ellos le brindaban.


Cuando cumplió los dieciocho años, llegó el momento de casarse. Sus tíos eran amigos de Sión -un conde de esas tierras- y habían prometido que su sobrina se casaría con él y ella estaba de acuerdo con el casamiento ya que sabía de la belleza y bondad de este muchacho.


Cuando Sión conoció a Edis se sorprendió porque no era la muchacha que imaginaba. Su cara era casi deforme y poco gustosa para él .
Buscó Sión un buen pretexto para alejarse de la familia y no casarse. Edis que tan ilusionada estaba, entristeció, pero la pena fue mayor cuando supo por qué Sión no se casó.
El encargado de decírselo fue el mayordomo de la familia de Sión que no tuvo reparos en anunciarle que no se casó por que era fea.


Tan mal se puso Edis que se encerró en su habitación y de tanto lamentarse sin poderse desahogar casi muere.


Artemisa -diosa que desde el cielo la miraba- por compasión le dio lágrimas a sus ojos para que en cada una elimine un poco de su pena.


Así fue como Edis pudo reponerse de aquella tristeza y fue así también como nació la primera lágrima sobre la tierra.



4- LEYENDA DEL CRESPIN




 
Transcripción:

LEYENDA DEL CRESPÍN

Crisóstomo Laciar era un buen joven que se dedicaba al cultivo de maíz, trigo, avena, zapallo y varios tipos de plantas que sirven para la comida de su familia y animales.

Todo el mundo lo conocía por su apodo ya que varios no podían pronunciar el nombre o no se acordaban, para todos era “Crespín” por el pelo que tenía. Era crespo.

A media mañana cuando araba con una yunta de bueyes, su esposa le llevaba el desayuno para que tomara y siguiera trabajando.

Un día de esos en que estaba lloviendo, fue la esposa a llevarle el desayuno y vio la yunta parada y su marido no estaba. Lo llamó un rato ¡Crespín!, ¡Crespín! y como no venía se puso a llorar porque dependía de él para todo.
Desde ese momento y sin saber rastrear, salió a buscarlo llamándolo ¡Crespín!, ¡Crespín!

Mientras caminaba se alimentaba de los frutitos del campo y Dios, escuchando su lamento vio que moriría de hambre y de cansancio.
La chica fue transformada en un pajarito llamado crespín y hasta la vez se lo escucha llamando a su marido.





5- EL ZORRO, LA NIÑA Y EL GALLO




Transcripción con correcciones:
EL ZORRO, LA NIÑA Y EL GALLO

Cerquita de nuestra casa de este lado del río, vivía un matrimonio que tenía una bebé. Un día, el hombre se fue a la bajada a dar agua a las vacas y la esposa necesitaba agua para cocinar así que dejó a la niñita en un cajoncito para sacar agua del pozo.
Cuando volvió, sintió llorar la niña y el gallo gritaba.
Un zorro había llegado con intenciones de comer a la niña y la había arañado y el gallo la defendió.
Al acercarse la señora el zorro disparó dejando muy lastimado al gallo.
Fue la mujer a buscar a unos muchachos que persiguieron al zorro y lo mataron.


Esta historia sucedió en Puesto Pobre y los protagonistas fueron:

Lauriano Chirino; Francisca Godoy y a la bebé le dicen “Pola”.

 



6- LA LEYENDA DEL COLIBRI

Desde hace mucho tiempo, los más viejos de la tribu cuentan la trágica historia del amor de dos jóvenes.
La bella Flor, morena, esbelta y de grandes ojos negros, estaba enamorada de Ágil, un joven inquieto y apasionado. Juntos solían pasear al atardecer por un bosquecillo cercano, a la orilla de un arroyo impetuoso y juguetón; pero como los enamorados pertenecían a dos tribus enemigas, se veían poco, pues debían mantener su amor en secreto.
Un día, sucedió lo que tanto temían: Unos familiares de la joven descubrieron el romance y lo comentaron al jefe de la tribu.
Desde esa tarde, Flor tuvo prohibido volver al lugar de los encuentros.
Pasaron los días. Una y otra vez Ágil la buscó sin hallarla en la penumbra suave y tibia del bosque hasta que la luna, apenada por su dolor, le contó lo que había sucedido y agregó:
- Ayer he visto otra vez a Flor muy angustiada; lloraba amargadamente pues está desesperada. Quieren que se case con un hombre de su tribu y ella se ha negado. El Dios Tupá escuchó su lamento y se apiadó de su dolor; mi amigo el viento me contó que Tupá la transformó en una flor.
- ¿¡En una flor?! -Dime, ¿en qué clase de flor? ¿Cómo puedo encontrarla?
- ¡Ay amigo!, no puedo decírtelo porque no lo sé... -respondió la luna-.
El muchacho palideció y solicitó la ayuda de su dios:
- ¡Tupá, tengo que encontrarla! Sé que en los pétalos de Flor reconoceré el sabor de sus besos. ¡Ayúdame a dar con ella!
Ante el asombro de la luna, el cuerpo de Ágil fue disminuyendo cada vez mas hasta hacerse pequeño, pequeño y quedar convertido en un pájaro delicado y frágil de muchos colores que salió volando rápidamente. Era un colibrí.




7- Juan Bautista Bairoleto: 
    UN HOMBRE QUE FUE LEYENDA

Transcripción:


 UN HOMBRE QUE FUE LEYENDA

Un día por el callejón que volvía desde Santa Rosa por el Madrin Viejo, apareció en el Puesto Fernández un hombre que por lo visto parecía que andaba mucho. Estaba mi bisabuelo Patricio Eulogio Fernández en los corrales y se acerca este hombre para pedirle agua para el caballo.
Don Patricio le convida agua y el forastero le dice que le venda un poco de carne.
-Corte lo que quiera llevar –le dijo mi bisabuelo ya que la carne estaba colgada allí cerquita en un monte blanco-.

Cuando él vio que los chicos se asustaron les dijo a Patricio que él era Juan Bautista Bairoleto pero que no se asusten porque no era una mala persona. Lo invitaron a pasar y no pasó porque iba muy apurado a La Rioja.

Andaba con un caballo zaino patas blancas y llevaba un lazo y un Winchester terciado.





8- LA LEYENDA DEL ÑANDÚ

Hace muchos, muchísimos años, habitaba en tierras mendocinas una gran tribu de indígenas huarpes muy buenos, hospitalarios y trabajadores.
Ellos vivían en paz, pero un buen día se enteraron que del otro lado de la cordillera y desde el norte de la región se acercaban los feroces araucanos, guerreros muy malos.
Pronto, los invasores rodearon la tribu de los huarpes, quienes decidieron pedir ayuda a un pueblo amigo que vivía al este: Los olongastas.
Pero para llevar la noticia, era necesario pasar a través del cerco de los invasores, y ninguno se animaba a hacerlo.
Por fin, un muchacho como de veinte años, fuete y ágil que se había casado con una joven de su tribu no hacía mas de un mes, se presentó ante su jefe, resuelto a todo, se ofreció a intentar la aventura, y después de recibir una cariñosa despedida de toda la tribu, muy de madrugada, partió en compañía de su esposa.
Marchando con el incansable trotecito indígena, marido y mujer no encontraron sino hasta el segundo día, las avanzadas enemigas.
Sin separarse ni por un momento y confiados en sus ágiles piernas, corrían, saltaban, evitaban los lazos y boleadoras que los invasores les lanzaban.
Perseguidos cada vez de más cerca por los feroces guerreros, siguieron corriendo siempre, aunque muy cansados, hacia el naciente.
Y cuando parecía que ya iban a ser atrapados, comenzaron a sentirse mas livianos; de pronto se transformaban.
Las piernas se hacían más delgadas, los brazos se convertían en alas, el cuerpo se les cubría de plumas. Los rasgos humanos de los dos jóvenes desaparecieron, para dar lugar a las esbeltas formas de dos aves de gran tamaño: Quedaron convertidos en lo que, con el tiempo, se llamó ñandú.

A toda velocidad, dejando muy atrás a sus perseguidores, llegaron a la tribu de sus amigos.
Éstos, alertados, tomaron sus armas y se pusieron en marcha rápidamente.
Sorprendieron a los invasores por delante y por detrás. Y los derrotaron, obligándolos a regresar a sus tierras.
Y así cuenta la leyenda que fue como apareció el ñandú sobre la tierra.


9- LEYENDA DEL GIRASOL

Yupá, un hombre joven y fuerte, esperaba ese día desde hace mucho tiempo. Estaba impaciente y se sentía responsable por la tarea que le habían asignado; debía llevar el fuego sagrado al pueblo vecino.
Se despidió de su familia y se dirigió al lugar donde lo aguardaban el sacerdote y los ancianos de la tribu.
El sacerdote le entregó entonces la antorcha encendida; Yupá aseguró que la llevaría a destino y cumpliría su misión aunque tuviera que sacrificar su vida.
Inmediatamente se echó a correr.
Pero los dioses malignos, envidiosos se habían reunido para conspirar contra el joven e impedir que su misión tuviera éxito.
Al anochecer comenzaron los truenos y al rato se desató una terrible tormenta. Yupá seguía corriendo sin detenerse. Sabía que estaba cerca; eso les daba valor y energía.
La tempestad se hizo mas violenta y la lluvia cada vez más intensa, ya sin aliento, Yupá resbaló y cayó en un pantano; allí un rayo lo fulminó.
Pacha Mama, la madre tierra, había visto todo lo sucedido. Se apiadó de la nobleza del joven indio y quiso que su memoria quedara para siempre entre su gente.
Entonces, del cuerpo hundido en el barro, surgió una planta grande y fuerte con una flor brillante que se parecía al sol.
Esa planta mira siempre hacia el sol y, al atardecer cuando no lo ve, deja caer sus pétalos.
Es así que esa planta se llama girasol y es que así Yupá quedó entre su gente.





10- LA DAMACABRA

ESTA LEYENDA FUE CONTADA EN EL SUR RIOJANO Y EL NORTE SANLUISEÑO.
CUENTAN QUE UNA MADRUGADA, LOS INTEGRANTES DE UN CONJUNTO MUSICAL QUE VOLVÍAN A SUS CASAS DESPUÉS DE TOCAR, IMPACTARON CON UNA CABRA EN LA ZONA DE BALDECITO (LÍMITE DE SAN LUIS Y LA RIOJA)
SE BAJARON DEL AUTO Y COMO LA CABRA HABÍA MUERTO LA CARGARON EN EL BAÚL.
MÁS ADELANTE LOS DETIENE LA POLICÍA PARA UN CONTROL DE RUTINA Y COMO VEN SANGRE EN LA PARTE TRASERA DEL AUTO LES PIDEN ABRIR EL BAÚL.
LOS MUCHACHOS LES COMENTAN LO QUE HABÍA SUCEDIDO YA QUE NO HICIERON NADA MALO SEGÚN ELLOS, PERO AL ABRIR EL BAÚL SE ENCONTRARON CON UNA SORPRESA MUY DESAGRADABLE Y ATERRADORA: EN LUGAR DE LA CABRA QUE HABÍAN CARGADO, HABÍA UNA MUJER COMPLETAMENTE DESNUDA Y ENSANGRENTADA. LA TOCAN Y COMPRUEBAN QUE ESTABA MUERTA COMO PRODUCTO DEL CHOQUE CON EL VEHÍCULO.
¡COSAS DE BRUJAS!


11- EL ORIGEN DEL NOMBRE SIERRA DE LAS QUIJADAS


La Aguada fue el escenario de numerosas correrías de los bandidos que esperaban a los carreros que traían mercadería recorriendo grandes distancias. Los encargados del transporte de mercadería siempre estaban prevenidos para evitar algún robo, pero a veces, cuando eran vistos desde lejos, se les hacía imposible escapar de las manos de estos bandidos.
Justamente este lugar parecía estar preparado para este tipo hechos. Había unas cuevas en la parte más alta de la sierra que les servían de refugio a los asaltantes y desde allí tenían un amplio panorama para ver quién se acercaba ya sea para atacarlos o para escapar.
Cerca de estas cuevas se carneaba y comían regios asados dentro de la misma. Así, con el paso de algunos años, fueron quedando una impresionante cantidad de huesos que con el tiempo formaron parte de la tierra mezclada con cenizas y carbón.
Cuando los paisanos recorrieron esa zona mucho tiempo después sirviendo de guía para que los paleontólogos y arqueólogos estudiaran el lugar, lo único que se veía allí eran las quijadas de los vacunos que tardan muy mucho tiempo en deshacerse. Debido a esto se comenzó a llamarle a este lugar Sierra de las Quijadas.
En la actualidad este bello lugar es un Parque Nacional en el que se pueden hacer dos recorridos caminando. Uno corto de 5 km. aproximadamente y uno más largo.


12- ORO EN GUAYAGUÁS




Transcripción:
ORO EN GUAYAGUÁS

De Castaño, provincia de San Juan, se extraía oro para llavar a Perú en la época en que los Virreinatos eran fuertes en América.
Lo cargaban en sacos hechos con cogotes de guanaco a modo de alforjas y lo trasladaban en mulas.
El viaje era larguísimo y sumamente arriesgado por los peligros que encontraban en el camino.
La ruta iba casi todo el trayecto por la montaña pero como se enteraron que en ese viaje los esperaban al norte de San Juan para robarles la carga, se desviaron al este hasta Las Trancas y costearon la Sierra de Cantantal y Guayaguás.

Cuando iban por la Sierra de Guayaguás, seguramente la persona que iba adelante haciendo el reconocimiento de ruta, le avisó que venían los ladrones o que alguna novedad rara había y decidieron esconder el oro en las sierras y continuar el viaje para ver que sucedía y en otra oportunidad regresar a buscarlo.

Al continuar el viaje al parecer los emboscaron y los mataron a todos porque ninguno de los sobrevivientes dijo donde estaba el oro y allí quedó hasta el día de hoy.




Agradecimientos a:
- Las Profesoras del Postítulo en el área Lengua: Isabel Benítez y Adriana Ábalos
- Los Supervisores que intervinieron en el Postítulo: María Graciela Martínez y Jorge Amado Ibarra.
- A todos los colegas de la Región VI que participaron de la Especialización.


1 comentario:

patricianoemi.villegas@gmail.com dijo...

excelente trabajo sobre las leyendas. Felicitaciones por un trabajo tan completo. Saludos afectuosos desde la ciudad de San Luis